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viernes, 30 de diciembre de 2022

Molinucos

 

Molinuco en Abiada (Hermandad de Campoo de Suso)

  Toñuca empujó la puerta con el codo y echó un vistazo en derredor antes de posar el saco. Todo en orden, al parecer. Como de costumbre. El suelo barrido, el harinero limpio, todo curioso y en orden. La verdad es que era una suerte que les tocase turno de moler después de Josefa. Bueno, en realidad después de la familia del tío Lázaro, pero casi siempre era Jusefuca la que les molía. Y nunca hubo cuestión con ella, mas que aquella vez en que se había olvidado de abrir la gatera y había ratones, y uno salió disparado por la piquera, cuando puso en marcha la rueda. Toñuca sonreía ahora al recordarlo, pero la verdad es que en su momento se había llevado un susto de muerte. Por eso ahora se tomó el trabajo de retirar la tolva y el burro, y levantó el tambor para comprobar que todo estaba correcto y limpio; Daba gusto verlo, de limpio. Josefa había recogido hasta las rebañaduras. No había más que colocarlo todo otra vez, vaciar el saco en la tolva y abrir el paso al agua.

  Los molinucos son, dentro de los molinos, una categoría con características relativamente bien definidas. Pequeños (casi todos de una rueda pequeña, algunos de dos); situados en arroyos de poco caudal, muchos de ellos en zonas habitadas o cerca de ellas; administrados casi siempre por su dueño, que, a veces, es un colectivo en el que se establecían turnos de molienda. Fueron muchísimos: como mil o más en Cantabria, y casi todos han desaparecido sin dejar más rastro que su mención en documentos (sobre todo, en el Catastro del Marqués de la Ensenada, ¡bendito sea!). Pero vayamos por partes:


  (...) que tiene de fondo quatro varas, tres de hancho, y lomismo de alto, y condos rruedas demarcamenor, que por lapoca agua queconduze dicho Rio dos meses, son los unicos quemuele, y atemporadas delaño (...)

   O sea, que este molinuco de Camargo medía como dos metros y medio por tres y medio escasos, traducido a medidas actuales; y no muy distintas son las medidas de los molinucos que todavía se conservan. Por tanto, no había espacio para almacenar grano ni harina. Podemos imaginar el trajín entre el molinuco y la vivienda más o menos cercana de quien molía; tal vez la atención simultánea a la molienda y a los quehaceres de la casa, con ayuda de los niños...


  Sala de molienda de un molinuco de Lafuente (Lamasón). A la derecha, en primer término, el harinero. Sobre él, la volandera, colgada de la cabria. A la izquierda, un bello rodezno, ahora en desuso (en el cárcavo hemos visto el otro, colocado y dispuesto para funcionar...).



  En Cahecho (Cabezón de Liébana) (...) ai dos Molinos Arineros de una Rueda cada uno corta y solo muelen de los desechos de las Niebes (...)

  Puede que sea un caso extremo, pero era habitual que a los molinucos les faltase el agua durante largas temporadas. A cambio, no solían sufrir crecidas demasiado destructivas.




  (...) q. enestedicho conzejo [Aniezo, en Cabezón de Liébana] hai ochomolinos arineros deunarrueda pequeña. el uno es de Martin Macho, y otros coherederos. el otro de Dn. Franco. Anttonio de Noriega Vezino de Luriezo: el otro de Blas delavega, y otros consortes: el otro es de Andres delavega vezino dedicho lugar de Luriezo, y otros consortes. el otro de Bernardo de Rabago elotro de Phelipe delas Cuevas, y otros consortes: el otro deManuel Sanchez, y otros consortes: el otro deLazaro Prietto y otros consortes y rregulan elquecadaunoganapor año tres quarttos depan mediado trigo y zenteno, administranlos sus dueños aexzepzion deeldicho Dn. Francisco Antonio de Noriega que le administra Joseph Gomez, a quien le queda deutil lametad: tambien hai una pisa desayal es deBentura de Cavo, aquien rregulan levale deutil por año quarenta rrs.


   (...) supoblacion [la de Aniezo, a mediados del siglo XVIII] se compone detreintayseis vezinos. y tres viudas.todosviben enesta poblazion, y no hai casas de campo nialquerias, y las que hay eneste Pueblo havitables sonzinquenta sinqe sepague cosa alguna (...)

   Es decir, que se pueden calcular alrededor de 150 habitantes. Parece razonable suponer que no había casa que no tuviera turno de molienda en alguno de los molinucos consorciados que existían entonces.



  (...) ai un molino deuna rueda enel Termino de Fontanillas sobre las Aguas deel regatto deel mismo nombre, distante Cien pasos el qual perteneze aBernardo deBustamante Vezino deeste Lugar dePechon, y no muele amenos quesobrebengan muchas Llubias, porloqual estan Zierttos, no rinde al Dueño ni aun la Utilidad demoler parasu casa y que por lomismo está en abandonarle (...)

  Vamos, que no siempre estaban las cosas tan fáciles. Por falta de agua, y tal vez (suponemos nosotros) por problemas entre los vecinos, o los consorciados...
En cualquier caso, muchos molinucos se estaban ya abandonando a mediados del siglo XVIII:




  En Prellezo (Val de San Vicente) (...) Digeron queen el termino deeste dho Lugr sobre las aguas deel arroyo dePumarin ai zinco Casas deMolinos arineros y Posesiones launa enel sitio deBerdellin distante zien pasos tiene dos rruedas launa jamás a molido laotra solo muele quando ai gran fuerza de llubias demodo que ninguno le quiere Administrar por rentta por no rendir cosa alguna, acausa deque quando hai las aguas es lo regular estar descompuesto perteneze a Dn. Franco dela Matta y Torre vezino dela Villa detrezeño; laotra estta enel Sitio de Molinetta distante trescientos pasos tiene una rrueda, y por las razones expresadas no rrinde nada al dueño que es da Maria Anttonia de Cosio viuda dedn Manuel de Noriega Rubin Dezelis ni hai quien le lleva arrenta: Ottra Posesion deMolino enel sitio de Barajon propia dedha Da. Maria Anttonia de Cosio está arruinada sin otra cosa que los vestigios. Ottra Posesion deMolino altermino de Berdellin de abaxo que perteneze a Francisco de Mendoza vezino deeste dho lugar y por estar arruinado no le rrinde cosa alguna, ylaottra enel mismo termino quees deDnJoseph de Escandon vezino dela Villa desan Vizente no lerrinde nada porestar arruinado y solo conservar los bestigios y que no hai ottro arttefacto y rresponden....
 

  De la mayor parte de los molinucos abandonados no queda ruina alguna; de otros (como este del Arroyo del Molino del Concejo, en Lamadrid, Valdáliga) queda la presa, más o menos entera, y restos de alguna pared. Aunque también hay pequeñas maravillas bien conservadas; quién sabe si gracias a que siempre estuvieron lejos de molinos de mayor empaque...


  Por ejemplo, este bello molinuco de Lafuente (Lamasón). Compárese con los que dibujaba y pintaba Agustín Riancho, que reprodujimos en la primera entrada de este blog. [Introducción]


  Los molinucos tienen el encanto de la arquitectura popular, y no dejan de tener interés desde el punto de vista de las soluciones constructivas. Así, por ejemplo, este atrevido arco plano con un sobrearco de descarga, todo ello construido con piedras sin labrar, o de labra tosca, que encontramos en otro de los molinucos de Lafuente (Lamasón).


  Ya es una suerte extraordinaria que en una localidad se hayan conservado varios molinucos, y dos de ellos tan bien conservados que casi podrían ponerse a funcionar ahora mismo. Más aún que uno de ellos tenga una fecha en el dintel: de 1862 data su reedificación. De su edificación primera no sabemos la fecha. 
  Y no son estas las únicas sorpresas que nos han dado los molinucos de Lafuente,... pero lo contaremos en mejor ocasión.


  Este molinuco de Las Caldas de Besaya no tiene fecha en el dintel,... pero sí en los papeles. Está citado en el Catastro del Marqués de la Ensenada; es decir, que es anterior a 1750. No sabemos cuánto de anterior; pero no cabe duda de que los molinucos tuvieron una larga vida, y deberíamos respetar a los que se conservan, como las venerables reliquias que son.

domingo, 18 de diciembre de 2022

La gestión del agua


  El Catastro del Marqués de la Ensenada nos cita un molino en Helgueras (Val de San Vicente), que a mediados del siglo XVIII tenía "...tres ruedas, muele contodas ha eszepzn dealgun tiempo de Verano quepor escasez de Agua nopuede, yparte  del Ivierno que porlo retirado suele faltarle (...)"  ¿faltarle clientela, tal vez?

  Adivinanza: "Si tengo agua, bebo vino; si no tengo agua, bebo agua". Solución: el molinero. Si no hay agua para el molino, no hay vino para el molinero. Aunque también puede faltar el vino si faltan clientes. Tal vez porque el molino está "retirado" y da pereza acercarse en tiempo lluvioso, y  cuando vuelve a salir el sol se amontona la clientela... o se acercan a otro molino.

  En cualquier caso, que no falte el agua para un mecanismo que, siendo capaz de mover la piedra de moler, "gaste" poca; cuanta menos, mejor, y así poder moler cuando el agua es escasa.

  Y, por otro lado, el agua, hasta cierto punto, se puede "guardar", embalsar.


  El mismo Catastro de Ensenada nos dice que en Azoños (Santa Cruz de Bezana) "(...) solo ay un Molino de represa del agua que lebaxa delos dos arroyos de SanMartin y Culardera qe se halla en el sitio de la Pedrosa, deuna rueda, pues aun que tiene dos, no baja agua necesaria para ellas, y solo muele en tiempo de Imbierno y de avenidas sin que en Verano desde la Primavera hasta que pase el otoño, amenos de quebenga algun Torbellino, muelga cosa alguna (...)"

  "A represa", o "a represadas", solían moler los molinucos. Situados donde las crecidas catastróficas son menos frecuentes, pasan sed en verano; y cuando corre poca agua, se para el molino y se represa el agua hasta que haya suficiente para otra molienda; y así se van haciendo "represadas".

  ¿Solucionados los problemas? Pues no del todo. Pera entenderlo hay que saber algo sobre el mecanismo:

  En 1736, don Pedro Bernardo Villarreal de Bérriz constata la aparición de una novedad que se extiende rápidamente: el molino "de cubo". Pero vayamos por partes:

  Las "canales largas" (fueran o no de madera) venían a ser como arroyos en línea recta desde la antepara hasta la rueda hidráulica, y se basaban en la suposición de que era fundamental la velocidad del agua.

  Las "haceñas o ruedas cerradas" eran ruedas hidráulicas de eje horizontal, y transmitían el movimiento al eje de la muela mediante una "linterna" (hoy la llamaríamos "piñón"). Sus desventajas no son solo las averías, como se dice muy claramente en la página que enlazamos.

  Los molinos que Virrareal de Berriz, en 1736, llama "antiguos" tenían mecanismos (y, por tanto, tipologías), diferentes a las de los molinos "nuevos", que son los que estamos más acostumbrados a ver.


  Fachada trasera del antiguo molino de Zurita (Piélagos). En el muro de la antepara (muy poco profunda) se abren grandes huecos que dejaban pasar el agua hacia el cárcavo (si es que se puede llamar así).


  Detalle del mismo molino, visto desde la fachada delantera. El primero de los arcos corresponde a esta fachada; el segundo, a la fachada trasera; y más allá, el muro de la antepara, con los boquetes desde los que arrancan las canales por las que el agua adquiría velocidad antes de encontrarse con la rueda hidráulica (que, por supuesto, ya ha desaparecido). Aunque las canales están ahora medio tapadas por agua y barro, se comprende la certeza de la afirmación de Villareal de Bérriz: "se han dexado muchos de canales, porque es mucha la agua, que necessitan". De hecho, este molino de Zurita recibía agua del río Pas, y el arroyo en que se sitúa era simplemente la vía de evacuación.


  No debió de ser muy distinto el mecanismo de este antiguo molino de Cades. Está situado al pie de la calcera de la ferrería, muy poco antes de la antepara, junto a lo que debió de ser un rebosadero. Tendría agua abundante cuando  sobrase para el funcionamiento de la ferrería y el molino anexo a ella; y, tal vez ocasionalmente, en los tres meses de verano, en que paraba la ferrería.


  El arco ocupaba todo el ancho de la fachada del antiguo molino de yeso de Villanueva de la Peña. Esta fue la fachada delantera (tapada en parte por una edificación más reciente).


 La fachada posterior del mismo molino, con un arco similar al de la fachada delantera. La calcera ha sido rellenada, pero es fácil imaginar el agua (tomada del río Saja, en este caso) circulando abundantemente por un "cárcavo" amplio y diáfano, bajo un edificio atrevido cuyas fachadas principales se apoyan totalmente en las cuatro robustas esquinas. Otro buen ejemplo de molino "antiguo".


  Pedro Bernardo Villareal de Bérriz conoce bien la hidráulica: lo que importa es la altura del agua, y no el tamaño mayor o menor del recipiente. Este razonamiento supuso una forma nueva de ver las cosas, y una revolución en la técnica molinera. Sin duda, seguirían funcionando los molinos antiguos, y algunos durante mucho tiempo; pero, inexorablemente, irían siendo sustituidos por los molinos "de cubo", en los que el agua sale por saetillos impulsada por la presión que se debe a la altura del agua en el depósito. 


  "Todos se han aplicado a hacer cubos de madera, y aún de piedra", dice Villareal de Bérriz. En la foto vemos el "cubo" del antiguo molino de Las Bárcenas, en Cohicillos (Cartes), visto desde donde estuvo el saetillo (en la pared trasera del cárcavo). Muy pequeño (no más de cuatro o cinco metros cúbicos), pero con una profundidad algo mayor de dos metros; suficiente para que, si se mantiene el nivel del agua, la presión en el saetillo sea la adecuada. O sea, que para el funcionamiento del molino es necesario que el arroyo proporcione una cantidad de agua igual o mayor que el gasto del saetillo. De otro modo, el nivel en el "cubo" bajaría rápidamente y el chorro del saetillo sería incapaz de mover el rodete a la velocidad adecuada.


  La antepara del molino del Palaciuco, en San Felices de Buelna es profunda como un "cubo", pero extensa, para poder almacenar más agua;  responde al modelo que nos encontramos con más frecuencia.
  La altura de la masa de agua, la sección del saetillo, el diámetro del rodete y su velocidad de giro están relacionadas; de modo que entre todas ellas determinan la velocidad de giro de la muela; que no debe pasar de ciertos límites, como hemos visto en una entrada anterior (La sala de molienda). La altura de agua en la antepara, en la mayor parte de los molinos, rondaba los dos metros, o poco más.



  En algunos casos pueden detectarse aún las transformaciones de un molino y de su entorno para gestionar mejor el agua disponible. Este es el caso de la "fabrica de luz" "La Deseada", de Ruente. En esta foto puede verse que para lograr el desnivel adecuado, se excavó el socaz (que, en realidad, es el tramo bajo del Río de La Fuentona), y se defendieron sus márgenes con sendos muros. Se aumentó así el "salto" (la diferencia de altura entre la antepara y la rueda hidráulica), y se transformó un molino "antiguo" en uno "moderno".



  La transformación del propio edificio puede verse en esta fotografía: son visibles los arranques de un arco de sillería cuya cumbre debió de estar a la altura de la parte baja de las ventanas. O sea: la amplia abertura de un cárcavo al nivel del suelo, que sería aproximadamente la del cauce antes de la reforma. Y el nuevo cárcavo, más pequeño, a su vez ha sido empequeñecido por otra reforma más: al transformar el molino en "fábrica de luz" ya no funciona con rodetes, sino con turbinas, y el cárcavo se vuelve innecesario. Ya solo hace falta un hueco para evacuar el agua utilizada.


  Este molino de La Molina (Celucos, Rionansa) tiene poco más de cien años, y funciona con turbinas.


  En este caso, la presencia del cárcavo responde más a la tradición molinera que a una necesidad; el agua circula por conductos cerrados hasta turbinas estancas. Nada de rodetes, ni saetillos, ni fangos.


  Con los "nuevos" materiales de origen industrial, que resisten grandes presiones, es fácil conseguir "saltos" de muchos metros, y, por tanto, grandes presiones. El agua llega a las turbinas por tuberías de pequeña sección, que son claramente visibles en la foto. En este molino, el "salto" (es decir, el desnivel entre la toma de agua de la tubería y la turbina) es de dieciocho metros; con poco gasto de agua, el eje de la turbina girará a gran velocidad. La muela requiere una velocidad de giro mucho menor, que se logra intercalando un engranaje: un piñón en el eje de la de la turbina engrana con la rueda dentada del eje de la muela. Un engranaje más sencillo y, sobre todo, más robusto que las antiguas "linternas". (El listón que vemos sobre la rueda no tiene función alguna).
 
  El mecanismo para controlar la distancia entre las piedras (que puede verse en la fotografía) es idéntico al que vimos en el molino de Beranga, en una "entrada" anterior (Para mover las piedras). En la sala de molienda nada cambia (de hecho, hemos visto la de este molino en la "entrada" correspondiente (La sala de molienda. La nueva tecnología permitió que los molinos llegasen a tener una eficacia y una robustez como nunca antes. Pero también permitió la aparición de nuevos procesos: los de las modernas fábricas de harina.

domingo, 4 de diciembre de 2022

El cárcavo

   Mientras se descalza y se remanga los pantalones, Manuel escucha el silencio. Bueno, no exactamente: se oye allá lejos el rumor del viento en los chopos. Pero eso, comparado con el estruendo habitual, casi es el silencio. Porque hoy el molino está parado, y ni siquiera se oye el río, que está casi seco.

  Manuel se descalza, empuña la pala y entra, decidido, en el cárcavo. Hay que sacar el barro que, durante casi un año, han ido dejando las aguas turbias de las crecidas del río. Para que el rodezno no se empalague con el agua retenida, o con el barro mismo. En unas pocas horas habrá sacado al barro hasta donde no estorbe, y hasta habrá revisado el puente y la llave del saetillo, que últimamente parece que se quería atascar a veces. Pero ahora, casi al principio de la faena, Manuel ya está sudando. No por lo caluroso del día (no tanto, allí dentro), como por la humedad que todo lo empapa. Y ahora se empieza a oír el repiqueteo del martillo sobre la piedra que su suegro, en la sala de molienda (justo arriba), está empezando a picar.


  El cárcavo (o estolda, o infierno) es el espacio en que se encuentran los rodetes, así que está justo debajo de la sala de molienda. En el vídeo vemos el cárcavo del molino de La Vega, en Róiz, con uno de los rodeznos en funcionamiento. En este caso, el cárcavo es tan amplio como la sala de molienda.


  Pero también los hay que tienen solo el espacio justo para los rodeznos (lo que corresponde, en la sala de molienda, con la meseta que ocupan las muelas). Como, por ejemplo, este de uno de los molinos de La Molina (Puente Viesgo).


  Además del rodezno y el puente (de los que hemos hablado en ...para mover las piedras, en el cárcavo están los saetillos (o saetinos), que, cuando están abiertos, dejan pasar el agua que mueve al rodezno. Vemos aquí dos saetillos cerrados (del molino de Beranga), y las varillas metálicas que permite abrirlos o cerrarlos desde la sala de molienda (las llaves).


  Con mucha frecuencia la tapa de los saetillos era la paleta: una chapa que, accionada con la llave, subía o bajaba por unos rieles, abriendo o cerrando el paso al agua. Como las que se ven en este cárcavo del molino de La Vega (Róiz).


  Este sistema resulta bastante frágil, por lo que no suele conservarse en los molinos que están fuera de uso. En esta foto (del molino de Regolgo, en Liérganes), la paleta está fuera de los rieles, con lo que el saetillo permanece abierto.


  Con mucha frecuencia han desaparecido la paleta y los rieles, y queda solo el lugar de su emplazamiento en el muro del molino. Como en este de Mercadillo (Liérganes).


  Restos (todavía reconocibles) de una llave articulada, de madera. Desde la sala de molienda se actúa sobre una palanca que pivota en un eje; cuando se sube la palanca, baja el madero unido a la paleta, y cierra el saetillo (molinuco en La Molina, Celucos, Rionansa).


  Aunque no es lo más habitual, en algunos molinos el saetino tiene forma de cañón que sale de la pared. En molinos antiguos parece ser que no tenía tapa alguna, y la forma de parar el molino era apartar el cañón, que seguía vertiendo agua.
(Agradecemos la amabilidad de la Ferrería de Cades, que nos ha permitido utilizar esta foto).


  El agua que circulaba por el cárcavo iba dejando sedimento (especialmente las aguas turbias de las crecidas), y podía dificultar la salida del agua y, por consiguiente, el movimiento de los rodeznos. Para evitarlo había que sacar el fango; y, para facilitarlo, el cárcavo tenía casi siempre una gran abertura hacia el exterior, que suele ser lo más llamativo de la arquitectura del molino. A continuación, algunos ejemplos:


  Arco de medio punto en el molino de Celada de los Calderones (Hermandad de Campoo de Suso).



  Arquería en el molino de La Venera (Arnuero).


  Arcos escarzanos en Acereda (Santiurde de Toranzo).



  Arcos carpaneles en Regolgo (Liérganes)



  Arco rústico de piedra sin labrar, en Trascudia (Herrerías).



Adintelado en Acereda (Santiurde de Toranzo)



  En raras ocasiones la sala de rodetes está en una posición central del edificio, y comunica con el exterior a través de un túnel (antiguo molino en Abiada, Hermandad de Campoo de Suso).