Cuando llegó Juanín, el molino ya estaba en marcha. Desde fuera se oía el triquitraque de la cítola, débil entre el rugido del agua. "El molino no ha menester ruido, pero no puede pasar sin él", como decía güelo, que era muy refranero.
Empujó la puerta, y ahí estaba el señor Manuel, cargando maíz en la tolva.
A la derecha, el celemín. La caja pequeña de la izquierda puede ser el maquilero. Del molino de Orzales (Campoo de Enmedio)
Juanín no está seguro de si el señor Manuel le cae bien o mal. Porque, como decía el abuelo, "de molinero a ladrón no hay más que un escalón". Por eso, no dejará de vigilar mientras Manuel mide el maíz con el celemín y hunde en él el maquilero. "Cuida que no maquile dos veces", le ha dicho madre; y Juanín contempla, muy serio, la operación. "En cuanto se vacíe la tolva molemos lo tuyo", dice Manuel, y le sonríe. "Puedes salir al huerto si quieres, mira a ver si queda alguna manzana". Juanín niega con la cabeza, y la sonrisa se borra de la cara de Manuel. Sabe que Juanín ha tenido que hacer una buena caminata, y otra que hará de vuelta, más lo que dure la molienda. Por eso sale al huerto y vuelve con una manzana que entrega a Juanín. Que, ahora sí, sonríe antes de dar el primer mordisco.
La Molina (Hijas, Puente Viesgo)
La sala de molienda suele ser oscura y más bien pequeña, con el suelo a dos niveles con una diferencia de dos o tres escalones. En el nivel superior están las muelas, que hacen la harina; y ésta cae y se recoge en el nivel inferior. Las muelas no están visibles (salvo que las estén picando), porque las cubre un tambor o guardapolvo, en forma de cilindro o prisma chato. y sobre él se posa el burro o castillete, que es un armazón que sostiene la tolva.
La Molina (Celucos, Rionansa)
La tolva tiene forma de pirámide invertida, con un agujero en el lugar del vértice. El grano sube hasta ella sobre la espalda del molinero, y, una vez allí, cae por el agujero sobre la canaleta, y de allí al ojo de la piedra volandera. El ritmo al que cae el grano debe ser tal que en el ojo siempre haya grano , pero sin que rebose. El aporte debe ser continuo para que siempre haya entre las piedras una delgadísima capa de harina, la cama, de modo que no lleguen a rozarse.
Orzales (Campoo de Enmedio)
Para lograr que el aporte de grano sea el adecuado se regula la inclinación de la canaleta con un cordel que se acorta o alarga gracias a un torno o carrete unido al burro.
"La Fábrica" (Oruña de Piélagos)
Y el movimiento del grano que cae por la canaleta lo facilita la vibración que produce la cítola, que es una prolongación del eje con sección de polígono o de rueda de carraca; al girar da pequeños golpes a la canaleta, y produce un ruido característico (al que debe alguno de sus nombres: carraca, triquitraque...). Ya solo con el ruido de la cítola, el molinero que conoce su molino sabe si la rueda gira a la velocidad adecuada.
Una piquera del molino de Serranera (Oreña, Alfoz de Lloredo)
Una vez llena la tolva y ajustada la canaleta, el proceso es automático, y la harina irá cayendo por la piquera (o teja...) al arnal (o arnero, harinero, blandeal...), que es un cajón situado bajo ella en el nivel inferior de la sala de molienda; o a un saco o recipiente.
Mando del alivio, (o elevador) del La Molina (Hijas, Puente Viesgo)
En una entrada anterior ["...para mover las piedras"] vimos la importancia de la distancia entre las muelas, y cómo se regula mediante el "alivio". El mando para ello está en la sala de molienda.
En el centro de la foto, la llave con la que se controla el chorro de agua que mueve el rodete (La Molina, Hijas, Puente Viesgo)
Igualmente importante es la velocidad de giro de la volandera; que es la misma que la del rodete, y que depende de la fuerza del chorro de agua que lo mueve. Si el giro es muy rápido, las muelas se calientan demasiado y disminuye la calidad de la harina, que puede llegar a tostarse. El chorro de agua se controla desde la sala de molienda mediante la llave, cuyo mecanismo veremos más en detalle en otra entrada posterior, en la que trataremos sobre lo que algunos llaman "sala de rodetes": el cárcavo (o estolda, o infierno...), que está debajo de la sala de molienda.
Y hasta entonces, "Dios nos libre y nos defienda del que hace mala molienda".








No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos tu comentario a esta entrada, o al conjunto del blog