El muchacho, casi un niño, trota diligente tras el borrico. Es la primera vez que va solo al molino y confía en hacer bien su mandado. No se va a dejar engañar por el molinero; y si llega el primero a moler, en unas pocas horas habrá vuelto a casa.
Pero siempre es difícil ser el primero en algo. En estos instantes, el molinero esta iniciando la molienda: una carga que le dejaron ayer a última hora personas de su confianza; casi de la familia, y aún así parecían dudar antes de marcharse. Qué difícil es que alguien se fíe de la honradez del molinero. Ayer mismo lo hablaba con un paseante; un pintor, dijo que era
"El molino". Boceto de Agustín Riancho
El pintor ha madrugado, y mientras espera a que haya buena luz trabaja sobre el boceto que hizo ayer; lo cuadricula para pasarlo al lienzo. Todavía un borrón del cuadro que está ya en su cabeza.
"Junto al arroyo". Agustín Riancho
Tararea, mientras, una coplilla que le viene a la mente:
Tiene la molinera
sortija de oro
que el agua del molino
lo paga todo.
Es una tonadilla popular, con aire de jota, o algo así, cree.
Algunos figurines de personajes del ballet "El corregidor y la molinera, o El sombrero de tres picos", de Manuel de Falla
Mientras esto ocurre, otra es la música que suena en la cabeza del sabio historiador: la de "El corregidor y la molinera", del maestro Falla. Se ha despertado con ella en la cabeza, tal vez porque ha soñado algo. Y dentro de un rato, sueños aparte, estará una vez más en el Archivo, entre esos queridos papeles del siglo XVIII que le intrigan. Se puede rastrear en ellos la existencia de muchísimos molinos en lo que hoy es Cantabria; mil, tirando por lo bajo. Y le intrigan porque en el momento, ya bien entrado el siglo XX, hay muchos menos, a pesar de que toda la población rural, tan numerosa, sigue alimentándose con el grano que lleva al molino...
Los molinos de Ubiarco, en el Catastro del Marqués de la Ensenada
-¡Maquileros!
El grito viene desde la izquierda del camino, y hacia allí miran Juanín y Justita por si hay que esquivar alguna pedrada. Pero no, solo son Pedrito y Lupe; vale la pena responder al insulto:
-¡Naberos!
Porque, ya se sabe, los de Tagle son comedores de nabos, y si llaman maquileros a los de Ubiarco es por ofenderles, porque "molinero maquilero, ladrón primero". Una tontería, porque en Ubiarco no hay molino. De sobra saben Juanín y Justita que el maíz se lleva al molino de Serranera, más allá de Calderón. (Lo que no saben es que, antes de nacer ellos, había en el pueblo dos molinos funcionando, y otro más antiguo; y que el mote de "maquileros" ha durado más que los molinos)...
Ruinas de un molino, en Ubiarco
A Rebe, mientras trabaja, a veces le asaltan los recuerdos. Hoy, sin ir mas lejos, le ha venido a la memoria su imagen de hace muchos años, desgranando maíz sobre una artesa, con toda su familia de entonces en un espacio en penumbra donde una bombilla solitaria colgada del cable arrancaba destellos dorados de los granos. No recuerda de qué hablaban, pero sabe que era una conversación lenta, con largas pausas. Y que, noche tras noche, se iban despoblando los rimeros de panojas que colgaban en la solana, y se iba llenando el saco que alguien llevaría al molino.
Rebe cierra con doble vuelta de llave la puerta del molino. Lo hace mecánicamente, forma parte del rito. Acaba de terminar la visita guiada que precede a la pausa del mediodía, y los turistas ya se van, rodeando la antepara; satisfechos, al parecer. Mariana habrá cerrado ya la ferrería, y la estará esperando para ir a comer. Hablará con ella de esas imágenes de un mundo muerto que merece ser recordado.
El molino de Cades
Imágenes que nos resultan ajenas, no tanto por el paso del tiempo como por los cambios en las costumbres. ¿Qué ha sido de todos aquellos molinos? Alguno hay todavía funcionando. Otros, mejor o peor, se conservan reconocibles, rodeados de belleza.
Molino del arroyo de Luaña
Muchos están en ruinas; algunas de estas, invadidas por la naturaleza, son muy bellas. De otros muchos solo queda huella en el recuerdo o en la toponimia, o tal vez ni eso siquiera.
La toponimia es, a veces, lo que queda de un molino ya desaparecido
Propongo este blog para divulgar el conocimiento de los molinos de Cantabria. Con lo que estamos aprendiendo sobre ellos. Y con los conocimientos de quienes entren en él, hagan comentarios y den noticia de molinos, ruinas, recuerdos... de un mundo hermoso que merece ser conocido. Al final de cada entrada de este blog encontrarás espacio para hacer comentarios; y, además, puedes escribir a molinosdecantabria@gmail.com, y mandar fotos, noticias, recuerdos... Lo que quieras, para este blog que coordinaré para que lo hagamos entre todos. Y empiezo por agradecer el apoyo que voy encontrando en este asunto de los molinos. Por ejemplo, el de Ramines Lavín. ¡Gracias, Ramines!
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