El doce de mayo de 1753, sábado, se reunieron el alcalde de Cades, el regidor y cuatro peritos nombrados al efecto, y, en presencia del juez y del cura, respondieron bajo juramento a las cuarenta preguntas que les fueron formuladas. Hablamos de la confección del Catastro del Marqués de la Ensenada, y nos interesa especialmente la pregunta decimoséptima: "Si hay algunas minas, salinas, molinos harineros o de papel, batanes u otros artefactos en el Término, distinguiendo de qué metales, y de qué uso, explicando sus dueños, y lo que se regula produce cada uno de utilidad al año".
Proponemos este blog para divulgar el conocimiento de los molinos de Cantabria. Con lo que estamos aprendiendo sobre ellos. Y con los conocimientos de quienes entren en él, hagan comentarios y den noticia de molinos, ruinas, recuerdos... de un mundo hermoso que merece ser conocido. Es recomendable leer las entradas en orden, siguiendo el índice temático que encontrarás abriendo la pestaña justo aquí debajo.
martes, 25 de febrero de 2025
Los molinos del Nansa, 11. Cades II
"A ladezima septima: que en eltermino deeste Pueblo del contenido dela pregunta solo hai un molino arinero dedos rruedas que muele con agua del Rio tanea enel Sitio de Bollano de que se titula y solo___"
Efectivamente, hay noticia de un molino en Bollano, que debió de funcionar hasta la primera mitad del siglo XX, y del que, si quedan trazas, estarán escondidas entre la vegetación. Ya en 2018 Maíces del Nansa renunció encontrarlo, como puede verse en https://maicesdelnansa.blogspot.com/2018/11/ruinas-de-molinos-en-herrerias-iv.html, y tampoco nosotros hemos dado con él. Pero, siguiendo con el Catastro de Ensenada:
"...y tambien hai otra Herreria (...) con un molino y todo nuebo sin haverse concluido por lo que no le pueden regular producto alguno: y por queno tiene trazas de llegar a entera per__"
"__ feccion porestar todo lo fabricado amenazando rruina por el mal terreno en quese fundaron los zimientos y calze.
Vamos, que la cosa tenía mala pinta. Sin embargo, la ferrería funcionó durante un siglo, y el molino hasta más acá de mediados del siglo XX. Pero, ¿cuál de los molinos? Porque ahora, sin contar el de Bollano, hay dos: el que se ha restaurado junto a la ferrería, y otro, en ruinas, junto a la calcera.
Junto a la calcera que llevaba el agua hasta la herrería y al molino que ha sido restaurado, permanecen las ruinas de este otro molino.
Se trata de un curioso molino, con arcos idénticos a la entrada y a la salida del cárcavo, y sin antepara ni señales de haberla tenido; es decir, con una tecnología menos eficaz en la gestión del agua que el otro molino; es decir, más primitivo. Y, sin embargo, todo parece indicar que su construcción no es anterior a la de la ferrería.
A la altura de este molino, la calcera de la ferrería tuvo una compuerta (ahora tapiada; puede verse al fondo), que debió de ser el aliviadero. Nuestra hipótesis es que este molino, ahora arruinado, se construyó para aprovechar las aguas sobrantes de la calcera; tal vez, en las crecidas, o durante los meses de inactividad de la ferrería (que no funcionaba durante los meses en que era probable el estiaje en el Nansa).
Nuestra hipótesis puede parecer razonable, pero aún dándola por buena nos quedarían muchas dudas: ¿era éste el molino primitivo, contemporáneo de la construcción de la herrería, y el otro se construyó más tarde, con una tecnología más depurada? Tal vez, quién sabe, cuando cesó la actividad de la ferrería, para aprovechar mejor la infraestructura hidráulica. Lo que sí sabemos es que el otro molino, el restaurado, es el que funcionó hasta época más reciente, incluso como molino eléctrico; y que, mientras fue hidráulico, recibía el agua de una presa de hormigón que, con toda seguridad, no era la original de la ferrería. Pueden verse más detalles sobre este molino en https://maicesdelnansa.blogspot.com/2018/12/ruinas-de-molinos-en-herrerias-v-molino.html
En 2014, el conjunto de la ferrería, el molino, y el entorno de la parte que se conserva de la calcera fueron declarados "BIL" (bien de interés local): https://boc.cantabria.es/boces/verAnuncioAction.do?idAnuBlob=261386. Por desgracia, la declaración no llegó a tiempo de salvar la presa (que había sido destruida en 2010). Sobre ello hemos escrito en una "entrada" anterior de este mismo blog: https://molinosdecantabria.blogspot.com/2025/01/035-los-molinos-del-nansa-9-rabago.html
martes, 11 de febrero de 2025
036 Los molinos del Nansa, 10. Cades I
Para muchos, la palabra "Cades" va unida a la ferrería, y tal vez también al molino que está junto a ella. Tal vez en el curso de una visita hemos admirado las proporciones del edificio y el funcionamiento de las máquinas. Y todo ello resulta más admirable aún si nos hacemos conscientes del esfuerzo que, en su día, hubo que hacer para su reconstrucción, y el mérito que supone mantenerlos en funcionamiento para nuestra instrucción y disfrute. Podemos hacernos una idea con este par de fotografías aéreas, antes y después de la reconstrucción. La ferrería es el edificio que ocupa el centro de la fotografía; a su derecha está la antepara o piscina; y hacia el ángulo superior derecho, el molino.
En primer término, la antepara que surte de agua a la ferrería (a la izquierda) y al molino (al fondo). La antepara se llena con agua que se bombea del Nansa (puede verse el chorro a la derecha). El funcionamiento de la ferrería y el molino, durante las visitas del público, devuelve al río el agua sin contaminación alguna, no obstante lo cual se paga a la Confederación Hidrográfica un canon por lo que, en la jerga normativa, llaman "recuperación de costes". En nuestra opinión, y en aplicación de la propia normativa, esta actividad podría (¿o debería?) estar exenta de ese pago (véase [https://www.chcantabrico.es/documents/20143/57799/27_ANEJO_IX.pdf/02c88a8e-9f78-d160-e37b-18605ca03dcf
Cuando no hay visitas en perspectiva (es decir, la mayor parte del tiempo), la antepara está vacía; pueden verse entonces las válvulas que abren el paso del agua a la ferrería (a la izquierda) y las troneras que dan paso a los saetillos del molino (al fondo, a la derecha). De paso, señalamos que este debía ser el aspecto del conjunto en la última etapa de negocio del molino, cuando las muelas se movían con motores eléctricos.
Vemos más en detalle las dos troneras, separadas por un tajamar, que permiten el paso del agua a los saetillos y a las dos ruedas del molino. Es notable la calidad de la sillería del conjunto.
Las troneras atraviesan la robusta pared de sillería del cárcavo y se continuan en sendos saetillos de madera. En la foto vemos uno de ellos y, en su extremo, la "llave" que cierra o abre el paso del agua hacia el rodezno.
Otra vista de lo mismo, desde otra parte del "infierno" o cárcavo.
Los rodeznos, parecidos a ruedas de carro con álabes en lugar de radios, son como los que debió de tener originalmente este molino, de construcción muy sólida. Otros molinos más humildes debieron tener rodeznos más frágiles y baratos.
El conjunto de rodezno, eje o árbol, y rueda volandera, se apoya en un madero, el puente, uno de cuyos extremos está hincado en la pared del cárcavo, y el otro puede subirse o bajarse desde la sala de molienda con el "alivio" (en primer término de la foto), para ajustar la distancia adecuada entre la piedra volandera y la solera, que está fija. El conjunto del árbol, el rodezno y la piedra volandera se apoya sobre un quicio (o gurrón, o tintero), que permite el giro, y solía ser de bronce, o, en los molinos más humildes, de piedra.
Vemos aquí más claramente el sencillo y eficaz mecanismo del "alivio" de uno de los rodeznos, que se acciona desde la sala de molienda mediante una varilla de acero. La otra varilla que puede verse a la derecha unida a una palanca de madera corresponde a la "llave" del saetillo. También es notable y poco usual el gran arco de piedra que divide en dos el cárcavo y proporciona una base muy sólida a la sala de molienda.
En esta foto de la sala de molienda vemos en primer término los arneros (destinados a recoger la harina) y, unidos a ellos, los "alivios": los extremos de sendas varillas de acero, con una a modo de tuerca circular, de madera. Una de las "llaves" puede verse cerca del borde izquierdo de la foto: una varilla vertical; gracias a la palanca de madera que vimos en la foto anterior se puede abrir o cerrar el paso del agua en el correspondiente saetillo. Además, pueden verse las dos muelas, una al descubierto y la otra cubierta por el tambor o guardapolvo, sobre el que se sitúan el burro o castillete y la tolva; entre las dos muelas, la cabria.
La misma sala desde otra perspectiva. Al fondo, en el poyo de la ventana, las medidas más frecuentes: el celemín, el medio celemín y la maquila.
Vemos aquí el detalle del trinquete, que mediante una cuerda unida a la canaleta, permite dar a ésta la inclinación adecuada para que el grano caiga al ritmo conveniente desde la tolva al ojo de la rueda volandera.
El molino está funcionando: la harina recién molida empieza a salir por la piquera.
Una vez que ha movido la maquinaria de la ferrería y del molino, el agua es devuelta al río por el canal que arranca desde aquí: a la derecha, la rueda del mazo de la herrería; a la izquierda, el cárcavo del molino.
Obviamente, nos hemos centrado en el molino; pero recomendamos vivamente las páginas dedicadas a la ferrería, y también al propio molino:
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