El Río de Bustriguado es afluente del Río del Escudo, nace en la misma Sierra y discurre enteramente por el término municipal de Valdáliga. En su curso hay un molino en actividad, y hubo varios más y una ferrería. Además de Bustriguado, están en sus orillas las poblaciones de La Vega y La Cocina, donde, a cosa de un kilómetro aguas arriba de Las Cuevas. se une el Río de Bustriguado al del Escudo
Proponemos este blog para divulgar el conocimiento de los molinos de Cantabria. Con lo que estamos aprendiendo sobre ellos. Y con los conocimientos de quienes entren en él, hagan comentarios y den noticia de molinos, ruinas, recuerdos... de un mundo hermoso que merece ser conocido. Es recomendable leer las entradas en orden, siguiendo el índice temático que encontrarás abriendo la pestaña justo aquí debajo.
martes, 16 de julio de 2024
Los molinos del Río de Bustriguado
En Bustriguado se conserva la memoria de dos molinos; el primero, en el pueblo mismo. Vemos aquí su fachada trasera. El agua llegaba por una calcera, casi cegada por tierra y escombros, que vemos desde el ángulo inferior izquierdo de la fotografía.
La antepara (que ahora está tapada con una chapa) estaba protegida por una reja que impedía que llegasen a ella ramas, etc.
La que fue fachada principal del molino está ahora desfigurada por dos añadidos (pintados de blanco), que, sin embargo, han respetado la boca del cárcavo, adintelada. La ventana, en su día, daba luz a la sala de molienda.
El segundo molino estaba aguas abajo del pueblo, cerca ya del cementerio. Es el pequeño edificio que vemos en el centro de la foto aérea de la izquierda (de 1956 ó 57); y, más al sur, restos de la calcera, y tal vez la presa. Actualmente las ruinas están cubiertas de vegetación, como puede verse en la foto aérea de la derecha.
Cosa de dos kilómetros aguas abajo del anterior, y poco antes del puente por el que se accede al pueblo de La Vega, encontramos este otro molino. En primer término, el vado de acceso.
Hacia el ángulo sureste (inferior derecho) de la foto está la presa, y desde ella la larga calcera que llega hasta el molino, atravesando un prado. Buena parte de curso del río está oculto por el arbolado, y vuelve a asomar hacia el ángulo superior izquierdo de la foto, donde puede verse el desagüe del molino, y el vado de acceso.
La presa, moderna, es de hormigón. Sin embargo, en la ribera de enfrente (donde está la compuerta), y también en primer término, vemos piedra de sillería; restos, sin duda, de una presa más antigua. El edificio del fondo es el molino.
En la ribera izquierda de la presa hay una escala truchera de dos tramos. En primer término de la foto vemos el tramo alto, y más al fondo, después de un codo, el tramo bajo.
A la derecha de la foto amarillean las piedras de la presa antigua; y puede verse la escala truchera, de hormigón gris, en parte oculta por la vegetación.
La fachada trasera del molino, y la antepara.
El borde frontal de la antepara está reforzado e impermeabilizado con hormigón.
En la fachada principal vemos que solo la mitad del edificio (desde la puerta hacia la derecha) corresponde al molino propiamente dicho. El resto corresponde a otras dependencias; tal vez fue la vivienda del molinero.
En el cárcavo vemos dos rodeznos; uno de ellos en movimiento cuando se sacó la foto. Todos los mecanismos son en apariencia modernos y se ven bien cuidados.
En el dintel hay una cruz lanceolada bellamente esculpida, y varios grabados, sin duda posteriores: el esbozo incompleto de un "víctor", un letrero ("VIVAMIDVENO"), y dos corazones.
La sala de molienda está completamente operativa, y la hemos visto con una de las dos ruedas en marcha. Cuando hay agua suficiente pueden funcionar las dos al tiempo; por el contrario, con caudales bajos se para el molino cerrando la compuerta junto a la presa, para que el agua disponible se derive a la escala truchera.
La muela está funcionando, la harina cae por la piquera a un cubo dentro del arnero. A la izquierda del tambor vemos la tuerca del "alivio", para regular la distancia entre las piedras; a la derecha (entre el tambor y la base de la cabria),un cepo, y tras él la "llave" para abrir o cerrar el paso del agua.
Tan satisfechos nos ha dejado la visita que seguramente nos acercaremos otra vez, cuando esté reciente la cosecha de maíz y el molino disponga de agua abundante. ¿En noviembre, tal vez?
En La Cocina encontramos las ruinas de otro molino.
La fachada posterior está derrumbada; vemos, pues, el interior de la fachada principal, con el cárcavo y los boquetes donde estuvieron insertas las vigas que sostenían el suelo de la sala de molienda. La foto se ha tomado desde dentro de lo que fue la antepara.
Mejor lo vemos así: a la izquierda, el molino (lo que queda de él); y, de ahí hacia la derecha, la antepara.
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