..."de alguna forma las aguas recobran la cordura y transigen con su destino, que es dejar atrás Ciguenza para encaminarse a los acantilados de Toñanes", leemos en "Lo demás es aire", de Juan Gómez Bárcena. Nosotros cruzamos el río por un vado y, ya en la margen izquierda, buscamos el molino de Valtrigo. "Pero antes hay todavía tantas cosas. El caño seco de una fuente, y una estabulación ganadera con un perro lánguidamente encadenado en la entrada, y un eucaliptal espeso que apenas deja filtrar algunas monedas de luz".
"Por allí se desliza el río, lamiendo el borde de algo que parecía solo vegetación y resulta ser la antigua presa de Valtrigo". En efecto, del molino de Valtrigo quedan unas ruinas tan cubiertas de vegetación que cuando las ves podrías ya casi tocarlas. Los dos hastiales, uno en cada orilla, de una casa a dos aguas: la casa del molino. Y junto a ella, en la margen izquierda, otras paredes más altas, todo ello con el engañoso aspecto de ruinas muy antiguas.
Pero la fotografía aérea no engaña. Hacia 1957, todo el conjunto estaba en pie: el molino, que es el edificio cuadrado sobre la corriente del río que circula desde el ángulo inferior derecho al superior izquierdo de la fotografía; y, pegado a él, otro edificio, y otro más grande formando un ángulo; y desde este (hacia abajo en la foto), el camino que nos ha traído. Los otros caminos que existían en 1957 han desaparecido. También el puente que puede verse aguas abajo (es decir, hacia el noroeste).
Por lo que podemos ver en la foto aérea, y en las ruinas que aún se conservan en pie, podemos suponer que el aspecto del conjunto debió de ser parecido a este.
El puente debió de ser una pieza fundamental para el acceso al molino. Ya no exisre más que el pilar en mitad de la corriente y los muros que refuerzan ambas riberas; es de suponer que sobre ellos se apoyase una plataforma de maderas.
..."el propio molino son dos paredes arruinadas que todavía se levantan en ambos márgenes"... , seguimos leyendo en "Lo demás es aire". Esta es la pared de la margen derecha. Los bloques en el cauce son restos de la presa.
Esta es la pared de la margen izquierda, con la puerta que daba entrada a la sala de molienda desde el edificio anejo. Y, a la izquierda, abajo, puede verse un resto de la gruesa presa de piedra de mampostería, en la que se apoyaba la pared trasera de la sala de molienda.
La margen derecha de la antepara es un muro de sillares. A la izquierda de la foto se situaba el molino con su presa. Los troncos y ramas acumulados por una riada reciente se situan por encima del que fue el nivel de la sala de molienda. Es decir, que esta debía inundarse en algunas ocasiones.
"El lecho del río está todavía encachado de tejas de lo que alguna vez fue el canal del molino de Valtrigo", leemos en "Lo demás es aire". En realidad no son tejas, sino ladrillos macizos, a modo de baldosas. La foto está tomada desde el muro de la margen derecha, y vemos al fondo un resto de la presa y la pared izquierda del molino.
"El lecho del río está todavía encachado de tejas de lo que alguna vez fue el canal del molino de Valtrigo", leemos en "Lo demás es aire". En realidad no son tejas, sino ladrillos macizos, a modo de baldosas. La foto está tomada desde el muro de la margen derecha, y vemos al fondo un resto de la presa y la pared izquierda del molino.
"Rodri y Mauricio y Leticia y Ana y Lucas estuvieron aquí", aparece temblorosamente escrito en ell cemento con que fue parcheado uno de los tramos de la presa; a estas alturas solo Mauricio, Ana y Lucas están vivos; solo Ana se acuerda, vagamente, de aquella tarde de picnic; ninguno recuerda la inscripción", dice Juan Gómez Bárcena. La inscripción , que está sobre el muro de la margen derecha, tiene también una fecha: el 16 de septiembre de 1... ¡Lástima que no podamos saber el año! Si se parcheaba es que el molino todavía tenía vida por delante...
Y el Río de la Presa, o de Cigüenza, atraviesa una maraña de vegetación, y una carretera, y sin dejar de ser el Río de la Presa puede llamarse también el Río de Toñanes, o del Monte, o de la Corredoria...
A mediados del siglo XVIII, el Marqués de la Ensenada mandó escribanos a todos los pueblos, con una serie de preguntas destinadas a hacer un catastro; en el capítulo dedicado a Toñanes leemos la respuesta a la pregunta 17, que se refiere a molinos, herrerías, minas, salinas... :
A la dezima septima dijeron ay en el termino de este tres casas de molinos arineros, fundadas sobre las aguas que llaman rio la presa o el monte, o correduria, el uno propio de Da. Maria Rosa de Tagle Bracho vezina de este, el que se compone de una parada, y solo muele siete meses al año por no tener la agua que es nezesaria, y le administra su propio Dueño, y le regularon de utilidad anual Ziento y veinteyseis Reales de vellon: otro propio de Da. Rosa delaTorre, asi bien vezina de este situado sobre las mismas aguas que el anterior, y muele los mismos siete meses al año, y asimismo le gobierna...
...su propio Dueño, y le consideraron las propias rentas en cada un año que al antrior: Y el otro propio de Dn Joseph de Cosio, situado sobre las mismas aguas que los anteriores y de una rueda, como asi bien el de Da. Rosa, y gobernado este por su propio dueño, y muele lo que los nteriores, y se le considera de renta anual Ziento y veinte Reales--
De los tres molinos que quedan reconocibles en Toñanes, solo el "de abajo" parece haber sido de una muela. Los otros dos ( el de Vallejo y el de Bolao) tal vez son más modernos, o quizás han sido renovados.
"...la corriente llega al fin hasta las inmediaciones del molino de Vallejo."
La presa (en diagonal, hacia el centro de la foto) retenía el agua y la dirigía hacia el molino, cuyos restos, con un par de troneras, pueden verse hacia la izquierda de la foto.
Seguimos citando a Juan Gómez Bárcena:
"Su presa todavía en pie, casi intacta; el agua continua embalsándose contra el paramento de sillería y fluyendo a través de los dos ojos de la presa, y lagrimeando por el aliviadero."
"El edificio, en cambio, se ha venido abajo: no queda rastro de sus vigas o sus ladrillos, ni señal de donde alguna vez se abrieron sus puertas y ventanas. Ni siquiera es visible ya la antigua piedra de moler, que ha sido piedra de moler y después mesa de jardín y después estorbo. Cuentan que los marinos llaman obra viva a la parte de sus barcos que está sumergida bajo el agua y obra muerta a todo cuanto tocan y habitan sus tripulaciones; así también en el caso del molino de Vallejo, que continua vivo para el río y muerto para los hombres".
Desde el molino de Vallejo podemos dirigirnos, aguas abajo, al molino de Bolao. "Un turista aguarda en lo alto del puente, con las manos apoyadas en la barandilla. Está buscando los acantilados de Bolao, tal vez porque los ha visto en un programa de la tele, o porque aparecen recomendados en su guía de viajes. Un ganadero se detiene para ayudarlo. Da algunas indicaciones confusas sobre senderos que se entrecruzan, alambradas que hay que saltar, las vacas de Rogelio que es mejor evitar. Al final, compadecido por el gesto de desconcierto del turista, se limita a señalar hacia delante:
-No tiene pérdida -resume-. Solo hay que seguir el río."
(Esto leemos en "Lo demás es aire". Y nosotros añadimos: Pues más te vale si has ido en katiuskas...).
El molino de Vallejo está detrás de la loma que se ve a la izquierda de la foto (y, al fondo, vemos Cóbreces). El río, después de dos amplias curvas, se remansa en la presa del molino de Bolao, justo antes de los acantilados.

"La casa del molino sigue más o menos en pie. Quedan tres de sus cuatro paredes y una inscripción sobre el dintel de entrada: 1867. No hay puerta. No hay tejado tampoco: la pared de la fachada se remata en el aire, y en ese aire solo un par de vigas encanecidas por la intemperie."
El vano que vemos en la fotografía corresponde a una amplia sala de molienda a la que se accedía desde otro edificio, más alto, cuyas paredes vemos a la derecha. El cárcavo, adintelado, ha sido cegado con una pared de bloques de hormigón; y todo el conjunto de la ruina ha sido consolidado para asegurar su conservación. El aspecto del molino, relativamente moderno, es coherente con la fecha, 1867. Imposible saber si se hizo en el lugar que tal vez ocupaba otro más antiguo.
Hacia 1957 todo el conjunto estaba aún en pie, como vemos en esta fotografía aérea.
"Justo antes de dar el salto definitivo, la corriente se refrena para lamer brevemente un paredón arruinado. Son los restos de un último molino, que a falta de nombre mejor los documentos llaman molino de abajo, precisamente porque lo construyeron ahí abajo, casi en el mismo límite del mar; tan cerca que el mismo mar se lo lleva una y otra vez, junto con las estacas y traviesas de su presa; junto con la gorra y el cuadernito de contabilidad del molinero"...
En el borde mismo del acantilado...
...al alcance de las olas de los temporales. A su derecha está el río, que se embalsaba con una presa de maderos. Si chapoteamos en el cauce podremos ver los agujeros prismáticos que hicieron en la roca viva para hincar las estacas.
Parte del grueso muro que se enfrentaba a las olas se ha desmoronado, y sus grandes piedras yacen enn ell suelo. Una de ellas tapona el arco del cárcavo. "Item en el mes de febreroa veite del dicho mes tornó la mar a desgobernarel dicho molino y echódebajo de él mucha piedray desconcertó todos los maderos de la presa y canales..."